Un día, mientras Rayen y Perri jugaban en el parque, descubrieron un mapa misterioso. ¡Era un mapa del tesoro! Perri, con su nariz curiosa y su cola meneando sin parar, guio a Rayen a través de arbustos, saltó sobre pequeños arroyos y hasta esquivó a una ardilla muy traviesa.
El mapa los llevó a un árbol gigante con ramas que parecían brazos de pulpo. Al pie del árbol, encontraron un cofre brillante. ¡Adentro no había oro ni joyas, sino algo mucho mejor: una montaña de sus galletas favoritas y un montón de juguetes nuevos para Perri!
Perri ladró de alegría, sus orejas se movían como hélices y empezó a hacer piruetas. Rayen se rió a carcajadas. Pasaron el resto del día disfrutando de su tesoro, y Perri incluso compartió sus galletas con una familia de conejitos que pasaba por ahí.
Desde ese día, Perri se convirtió en el "Detective de Galletas" oficial del parque, y cada aventura con Rayen era más divertida y deliciosa que la anterior. ¡La imaginación de Rayen y la alegría de Perri hacían de cada día una fiesta!